Me siento identificado con los personajes de Woody Allen, perdedores, neuróticos, inseguros. Claro que se llevaba a la chica en muchas ocasiones. Ahí no coincidimos. Pero por no repetir tres veces al señor Allen, digamos Pagafantas, sin más explicación.
Pagafantas (****) de Borja Cobeaga y Diego San José
Pocas comedias españolas han supuesto un verdadero soplo de aire fresco en nuestro cine como el debut de Borja Cobeaga con Pagafantas. Alejado por completo de las nuevas españoladas que abusan de la cara conocida y el superfluo modo de ser, Cobeaga se centra en los modos formales de la comedia. Está claro que no inventa nada cuando apuesta por la repetición de situaciones (Bunbury), los contrastes, o por el personaje eternamente perdedor en una especie de Woody Allenvasco que tan bien encarna Gorka Otxoa.
El guión es todo lo perfecto que se puede pedir a un primer largometraje, con algún cabo suelto, pero con los toques chanantes propios de su generación, con unos personajes perfectamente diseñados y unos actores que destacan por no destacar, por haber nacido para el papel que son y no parecen representar. Cobeaga, Vigalondo, Chapero-Jackson... en vosotros confiamos
