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Wednesday, May 09, 2012

Reexaminando a... Tim Burton (Estreno de Sombras tenebrosas)

Bitelchús (***)
de Tim Burton, Michael McDowell y Warren Skaaren

"Estamos muertos, ya no tenemos que preocuparnos por nada" Esta frase de la película sirve perfectamente para resumirla y para resumir gran parte del cine de Tim Burton, porque aquí no se preocupa por nada, todo es desinhibido y original. Dos fantasmas tratando de asustar a los inquilinos de su casa.

Burton asienta las bases de su cine: vivos y muertos, tenebrismo y comicidad, personajes hilarantes y desequilibrados. Y además, tiene una de las mejores escenas de la historia del cine: la posesión bailonga.

Por supuesto que es irregular, como casi toda comedia, por momentos brillante, luego algo más convencional, pero indudablemente estamos ante algo diferente, y eso en Hollywood ya significa mucho.

Monday, April 23, 2012

Reexaminando a... Drácula (Centenario de la muerte de Bram Stoker)

Drácula (****)
de Francis Ford Coppola y James V. Hart

Eternamente en desamor. ¿Se puede caer en mayor desgracia? Coppola profundiza en el lado romántico, en el mejor sentido de la palabra, de la novela de Stoker. Con la dosis de miedo, de terror, de sangre necesaria, este Drácula es profundamente triste, desolador, anhelante.

Porque Jonathan Harker sigue viajando a Transilvania, sigue conociendo al conde, sigue dejando expuesta a su querida Mina Harker, necesitará ayuda y parece no querer darse cuenta de todo lo que ya conocemos. Porque Drácula ha dejado de ser un personaje y se ha convertido en un mito. Una de esas figuras que traspasan realidades.

A veces es mejor morir, sobre todo cuando no se tiene lo que se desea, y sobre todo si es el desamor lo que nos acompaña.

Monday, May 30, 2011

Reexaminando a... Vincent Price (100 años de su nacimiento)

Eduardo Manostijeras (****)
de Tim Burton y Caroline Thompson


Aquí está Tim Burton contándonos un cuento, pero vaya cuento, cruel, tremendamente desolador con sus criaturas. Burton afinó su discurso hasta su mejor nivel en Eduardo Manostijeras. A su habitual maestría visual, se suma una historia emocionalmente perfecta: un chico desplazado de la sociedad por su pequeño gran defecto.




Retrata a la perfección la crueldad que toda persona lleva dentro, que toda persona es capaz de hacer en todo momento, siempre arropado por una socedad mezquina que le avala. La película es un perfecto muestreo de ese extraño vaivén emocional del hombre: algunas veces admirado, muchas veces ignorado, según convenga a los demás.

Y se me olvidaba, el amor, claro, ahí está también el amor que todo lo puede, el amor siempre presente, como motor para el abandono de la desolación. Pero a veces el amor no vence, a veces el cuento termina sin perdices, sin felciidad aparente. A veces la nieve todo lo cubre.