Thursday, March 19, 2009

Criticando, siempre criticando

Gran Torino (****)
de Clint Eastwood, Nick Schenk y Dave Johannson.

Otra vez una reflexión sobre el desencanto de un hombre acerca de la sociedad que le rodea. Recuerda a No es país para viejos, o a En el valle de Elah, o a Los tres entierros de Melquíades Estrada, curiosamente, o no tan curiosamente, las tres interpretadas por Tommy Lee Jones.

Pero en este caso es Eastwood el desencantado, y aquí Clint Eastwood hace de Clint Eastwood, del clásico, de aquél que no avisa dos veces. Y bien que lo deja patente, demasiado pues chirría a veces, desde el comienzo de la película. Racista, malhablado, cruel… y sin embargo se le quiere como personaje. Pero luego cambio, o eso parece, y todo a partir del frustrado robo de su Gran Torino, de la paternidad que ejerce sobre el chico asiático que trató de robarlo, de la sed de venganza por la pérdida de identidad de su barrio.


Y poco a poco Eastwood va dejando de ser Eastwood convirtiéndose, ahora sí, por influencia católica (tufillo que no termino de asimilar), en todo un referente para el pueblo que lo rodea, el que se sacrifica por el bien ajeno.

La idea es buena, la dirección y el ritmo magistrales. Los diálogos, sobre todo al comienzo, desafinan, con un tono cómico totalmente prescindible. A veces se excede con las reflexiones de Eastwood a todas luces innecesarias, fácilmente sustituibles por las imágenes y sus gestos. Pero aún así, sobrecoge, no sorprende pero estremece, dejando bien a las claras que Eastwood (con permiso de Lumet) es el último gran clásico que queda.

1 comment:

Lola said...

gran torino, gran película!
qué sencilla pero qué grande

un besote, febril