Rojo. En una semana desembarca la tercera parte de Spiderman con todo lo que eso supone de avalancha publicitaria y comercial, quizás el rasgo que menos me gusta de este tipo de películas. Luego llegará el filme, lo que verdaderamente importa.
Después de dos entregas que me dejaron sabor agridulce (dulce por poder ver un Spiderman en la gran pantalla y por los actores, agri por la forma de tratarlo un poco ñoña y poco pretenciosa), la tercera presume por ser la más oscura de la saga. De hecho deberíamos decir rojo y negro por la introducción del mítico traje. Por favor, que la trama deje de ser tan infantil.
Amarillo. Es uno de los momentos más deseados de la historia de la animación reciente. Los Simpsons en la gran pantalla tras muchos años de intento. Hasta que no se dio con un guión solvente, Matt Groening no quiso dar el paso que todos esperábamos. Dirige David Silverman, habitual director de la serie. Este paso no quiere decir el final de la serie televisiva, que, aunque me cueste decirlo, merece terminar ya porque las últimas temporadas no están a la altura.
Verde. El ogro más deseado vuelve, como Spiderman, por tercera vez y al contrario que ésta, habrá cuarta parte. Será difícil mantener el nivel de humor e incorrección de las dos primeras, especialmente de la segunda (mi preferida) pero merece la pena reencontrarnos con estos seres con una cualidad fascinante: ir dirigido a niños y a mayores por igual y sin que el producto fina se resienta.
1 comment:
estoy preparando una promo para spiderman y no sabes hasta dónde lo tengo!!!
como luego no me regalen la entrada después de darle tanta publicidad no pienso ir a verla!!
te falta el color azul de los piratas del caribe... ^^
sé lo que me vas a decir así que ahórratelo pero chico, los piratas con cara de pulpo me tiran mucho :)
muchos besos!!!
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