Matar a un ruiseñor (****)
de Robert Mulligan y Horton Foote
Pocos personajes tan emblemáticos como Atticus Finch, el padre viudo y el abogado de las causas perdidas, que mantiene la ética por encima de todo en un entorno hostil, al defender el caso de un presunto violador, con el racismo como telón de fondo.
Pero la historia es incluso más que eso. Es un relato sobre la infancia, sobre todas las ilusiones y amenzas de esa pareja de hermanos. Con la esperanza de toda una vida por delante, con los miedos y terrores de esa edad, acrecentada por la hostilidad que se encuentra en todo colectivo.
El pueblo contra la decencia, al estilo de La jauría humana. El malo suelto por el pueblo, al estilo La noche del cazador. Y la infancia de trasfondo. Todo eso es Matar a un ruiseñor. Nada más y nada menos.
1 comment:
¡Qué peliculón! ¡Qué padrazo!
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