Thursday, March 25, 2010

Series- Criticando, siempre criticando

The wire (*****)
de David Simon.

Ya ha quedado demostrado que a Simon no le basta las calles de Baltimore (ya estuvo en el puerto y estará en los periódicos y estará en Irak en Generation kill). En la cuarta temporada se refugia en la escuela, origen/solución de algunos de los problemas asociados a las esquinas de Baltimore.

De tal forma que en trece capítulos inmensos describe la salvación/condena de algunos de esos chicos, donde poco a poco los más conflictivos encuentran la esperanza y los más desamparados caen en la tentación de ese trágico mundo. Y todo sin que te llegues a dar cuenta del cambio, todo ocurre con la marca The wire, de forma sigilosa y con paciencia.

Fuera del ámbito escolar, y con Barksdale en la cárcel y Stringer Bell en el otro mundo, Marlo se apodera de las calles a su manera, sin grandes apariencias, pero con la misma violencia de siempre. Pero en eso que aparece el pequeño Omar dispuesto a fastidiar como siempre. Todo ello bajo la impunidad de una policía que se reestructura ante la llegada del nuevo alcalde.

¿Es ésta la mejor temporada? Con todas se dice lo mismo, pero Simon roza la perfección en el relato de las miserias de una formación escolar, de una alcaldía y de una policía cuyo trabajo es deficiente.

Friday, March 19, 2010

Reexaminando a... MIguel Delibes

Los santos inocentes (*****)
de Mario Camus, Antonio Larreta y Manuel Matji.

Maravillosa adaptación de la maravillosa novela de Delibes. Camus consigue captar la esencia del relato, tomando toda la crudeza de la novela y traduciéndola en poderosas imágenes, en una narración sencilla pero oscura.


El ritmo pausado de la música aumenta esa sensación de agotamiento de la película con tres interpretaciones asombrosas: Juan Diego, Paco Rabal y Alfredo Landa, estos dos últimos ganadores en Cannes a la mejor interpretación. Ambos pasarán a la historia como el Azarías y como Paco el bajo, inmensos en la narración de la humillación y la venganza.

Tuesday, March 16, 2010

Libros de cine

Los santos inocentes (*****)
de Miguel Delibes

Miguel Delibes, en general, y también en esta obra, consigue, desde el localismo, desde la pequeña historia, retratar toda una época y todo un país, que sigue estando vigente en nuestra época y que sigue siendo nuestro país.


Los santos inocentes va de España, así de simple y de complejo, va de lo cabrones que somos. De esa España de los latifundios de los 60, pero también de la España de la actualidad y de la que vendrá. El tiempo no parece cambiarnos.

A partir de Paco y Régula, y de sus tres hijos, y del Azarías y su milana bonita Delibes plasma la sensación de crudeza de unos seres que viven por y para el servicio de los demás, del señorito y sus cacerías. Delibes describe la venganza en su forma más directa.

Tuesday, March 09, 2010

Series - Criticando, siempre criticando

The Wire [3ª temp.] (*****)
de David Simon.

Destaca la tercera temporada de The Wire por su destreza en un guión perverso y perfecto. Quizás sea la temporada más cruda, más violenta. En ella vuelve al mundo de las drogas tras el affaire en el puerto de la segunda temporada. Y vuelta a las drogas, pero centrándose, sin dejar a un lado el mundo de la calle, en los altos mandos de la policía y de la política, donde no parece importar la solución sino la imagen.


Por un lado el comisario Burrell y el alcalde Royce, obsesionados con las estadísticas. Por otro lado, el concejal Carcetti, el teniente Daniels o el Mayor Colbin, buscando la solución sin maquillajes, solución que pasa por abrir otra vía al poder, por luchar desde la calle y no desde la cómoda silla de un despacho.

David Simon no parece descansar, y apunta con su fina escritura a todo y a todos, sin dejar un minuto de hacerte pensar y pensar.

Wednesday, March 03, 2010

Criticando, siempre criticando

An education (***)
de Lone Scherfig y Nick Hornby.

An education es una hermosa película, bella por fuera mientras que por dentro se debate en su propia dicotomía. La dualidad que presenta la película es la de una adolescente (Carey Mulligan) dispuesta y preparada para ir a Oxford, llevando su vida hacia una educación intachable de la mano de sus padres (impecable Alfred Molina). Justo entonces aparece Peter Sarsgaard, un hombre mucho mayor que ella, como vía de escape de ese mundo gris que parece convertirse los días de estudios. Son los mejores minutos de la cinta, el nacimiento de un amor alejado de los libros, cercano a las vivencias más que a la pasión, recreándose en la belleza del lujo, en lo hermoso de una vida contemplativa. Son bellos esos paseos en coche, esos viajes furtivos, esas vivencias con sus amigos, sofisticado al estilo Mad Men o Scott Fitzgerald.


Lo peor de la película es la forma de presentar la trama, donde la dualidad se debe tornar en elección innecesaria, de la que la película toma partido constantemente: en principio a favor, luego en contra. Y molesta esa sensación de moralina que en nada beneficia a la narración. Aun así, la interpretación de Carey Mulligan resiste ese final algo apresurado, que quizás debió terminar antes, o de forma más pausada, y convierte a la película en una bella postal del Londres de los 60.