Eduardo Manostijeras (****)
de Tim Burton y Caroline Thompson
de Tim Burton y Caroline Thompson
Aquí está Tim Burton contándonos un cuento, pero vaya cuento, cruel, tremendamente desolador con sus criaturas. Burton afinó su discurso hasta su mejor nivel en Eduardo Manostijeras. A su habitual maestría visual, se suma una historia emocionalmente perfecta: un chico desplazado de la sociedad por su pequeño gran defecto.

Retrata a la perfección la crueldad que toda persona lleva dentro, que toda persona es capaz de hacer en todo momento, siempre arropado por una socedad mezquina que le avala. La película es un perfecto muestreo de ese extraño vaivén emocional del hombre: algunas veces admirado, muchas veces ignorado, según convenga a los demás.
Y se me olvidaba, el amor, claro, ahí está también el amor que todo lo puede, el amor siempre presente, como motor para el abandono de la desolación. Pero a veces el amor no vence, a veces el cuento termina sin perdices, sin felciidad aparente. A veces la nieve todo lo cubre.
Y se me olvidaba, el amor, claro, ahí está también el amor que todo lo puede, el amor siempre presente, como motor para el abandono de la desolación. Pero a veces el amor no vence, a veces el cuento termina sin perdices, sin felciidad aparente. A veces la nieve todo lo cubre.