El apartamento habla de la crueldad, de la soledad, de tu silencio mientras otros festejan... y El apartamento es una comedia, una gran comedia, quizás sea la gran comedia. ¿Cómo es esto posible? Mejor preguntar por ¿quién lo ha hecho posible? Sólo hay tres cineastas capaces: Lubitsch, Wilder y Allen (maestro, alumno aventajado y alumno contemporáneo). Sólo ellos son capaces de extraer de la tragedia la mejor comedia.

Wilder lo logra a través de dos personajes entrañables (Baxter y la señorita Kubelik) a los que la vida no les trata bien, poniendo en jaque al espectador haciéndole sufrir hasta el final, y sólo ahí nos reconciliamos con la vida.
Por otro lado está la crítica a las organizaciones empresariales, que es extensible a la sociedad en general, a la forma de progresar, a un avance que no es tal, y todo ello con el profundo desamor entre dos almas errantes.