








Dos hermanas viven retiradas. Una (Davis), estrella infantil defenestrada en su madurez, y su hermana (Joan Crawford), auténtica estrella en los momentos más duros de la otra, hasta que un accidente la retira también. La rivvalidad de sus personajes transcendió a sus vidas, auqnue esa rivalidad ya existía de antes.
"Si éste no es el mejor guión que has leído nunca, no vengas a verme" le dijo Robert Aldrich a Bette Davis. Pero sí pareció ser el mejor papel que había tenido y aceptó ser la mala (en apariencia) de la película, la que mortifica a su hermana paralítica despreciándola cada segundo de existencia. Un monstruo absolutamente abominable.
Considerada por la gran mayoría de críticos (que no de público) como la obra maestra del cine, verdaderamente lo es más por lo formal que por su contenido. Es un símbolo del cine por la renovación que supuso, por ese desarrollo técnico, por esa fama que ya traía Orson Welles, por ser su primera película.
La historia del gran hombre americano queda desmantelada a lo largo de la película a través de una sola palabra: Rosebud, pronunciada por el magnate Charles Foster Kane en su lecho de muerte. Ése es el motor, el origen para adentrarnos en su vida, para destripar todas sus artimañas, para tirar al suelo el sueño americano.
El desarrollo del proyecto también tiene su intrahistoria, acrecentando así la épica del filme. Randolph Hearst, el hombre en el que se inspira Welles para dar vida a su protagonista, trata de evitar por todos los medios el estreno, hecho que queda recogido en la notable RKO 281: La batalla sobre ciudadano Kane.
Afirma Woody Allen: "¿Qué es Ciudadano Kane? Pauline Kaella llamó una obra maestra banal. Uno ve la historia del ascenso al poder de un magnate y le podrá gustar más o menos. Pero el arte con el se cuenta Ciudadano Kane hace que esa misma historia pase de ser simplemente una especie de biografía llena de glamour a convertirse en toda una obra maestra. "
Estamos ante un punto culminante de la historia del cine. Podrá ser la mejor o no, podrá aburrir a algunos, pero es innegociable que Ciudadano Kane es cine en estado puro.
John Sturges narra a un ritmo endiablado y con la precisión de sus grandes western esta historia de supervivencia en los campos de concentración de la Alemania nazi. Cuenta con un soberbio elenco de actores, encabezado por Attenborough y con Steve McQueen como icono de esa rebeldía que precisamente quiere contar la película.
Claro que no es realista, claro que hay un positivismo alejado de las circunstancias, pero ya hay autores para eso. La gran evasión consigue lo que se propone: entretener y mucho, y con eso es más que suficiente, sobresaliente.
Hopper se apoya en Peter Fonda, Terry Southern y Jack Nicholson, pero lo hace también con la música de fondo, o más que de fondo, presente, siempre presente como símbolo de liberta. Easy rider es mejor siendo vista que contada, reflejo de un momento y un sentimiento que queda lejos pero siempre latente gracias a la película.
El centro de la narración lo toma la palabra, reflexionando sobre el sentimiento del superhombre, del semi dios que todo lo puede controlar, que todo lo domina. El goce por la superioridad que muestran con respecto a los demás se vuelve tensión cuando James Stewart empieza a sospechar de sus dos ex-alumnos. Entonces aparece la culpa o más bien, el pavor, y lo que antes era habituación, se convierte en infierno.
Segundo disco de Scarlett Johansson tras un primero de versiones de Tom Waits, ahora de la mano de Pete Yorn (aunque grabado años atrás) Break-up destaca por la cadencia que se desprende de las letras de Yorn y la voz sugerente de Johansson. Vídeo oficial de Relator y actuación en directo de la misma canción.
Deadwood debería poner al lado HBO marca garantizada, porque de nuevo se cumple en esta joya ya conclusa que se adentra con la misma hondura y precisión que sus compañeras The Wire y Los Soprano, pero en formato lejano oeste.
Aquí se mezcla realialidad y ficción en la construcción de este pueblo fronterizo y clandestino agraciado con la lotería del oro, que sorprendentemente no será el centro de las ambiciones que sí muestran los personajes, que derivan en amores, venganza y ansias de poder.
No hay una gran acción que seguir en esta primera temporada, sólo se pretende poner la cámara y reflejar con un estilo realista lo que ocurre en este pueblo. Presenta personalidades impactantes como la de Swearengen, el Soprano del pueblo; o Cy, su competidor; o Bullock, el hombre justo; o Alma Garret, la enamorada; o el mítico Wild Bill Hickock y la honestidad del profesional.
Deadwood es cruda (esto lo digo siempre con The Wire o Los Soprano, pero siempre se ajusta a la realidad), es áspera, posee escenas violentas, que no sangrientas, violentas psicológicamente, llegando al dramatismo. No encontramos acción al estilo Western, aquí no hay carros blindados, esto es sólo un relato pintoresco de un pueblo más.
¿El resumen del relato? Para qué resumir, es mejor leer, o mejor dicho, sumergirse en ese mundo. No hay clases magistrales de escritura y sí descripciones muy vivas, imágenes hechas palabras, fuente fundamental del éxito del libro de Carroll. Amén de esa ingeniosa relación de personajes: El conejo blanco, el sombrerero, el gato Chesire y la Reina de corazones.
Alicia en el país de las maravillas debe ser tratado como símbolo y no como novela, va mucho más allá de un momento determinado de la literatura, es origen e influencia de muchas otras narraciones. Ése es el poder de este relato.